En la búsqueda de productos bonitos del pasado, que nos sirvan de inspiración para ampliar nuestra gama actual, a veces nos topamos con inventos festivos. En el folleto de Fahnehjelm, impreso en 1901, se lanza al mercado un nuevo producto: la bañera balancín. El folleto se imprimió en 1901 y la bañera balancín costaba entonces 42 coronas, lo que en valor actual equivaldría a algo más de 2300 coronas.
Al parecer, bastaba con un par de cubos de agua para rociar al bañista, que se sentaba y él mismo impulsaba la bañera con un movimiento oscilante. La experiencia debía recordar a los baños en el mar, que estaban de moda en aquella época. Probablemente, el inventor y ingeniero Otto Fahnehjelm, también fundador de la empresa, fue el responsable de este invento. La historia no nos dice si fue un éxito de ventas o no...
Cita del folleto:
«Estas excelentes bañeras se recomiendan como las mejores para uso familiar. Ocupan poco espacio, se pueden mover fácilmente y requieren la mínima cantidad de agua para un baño, por lo que el agua se puede calentar fácilmente en una olla en una cocina normal. Los baños son extraordinariamente agradables y recuerdan a los placenteros baños de mar gracias al chapoteo del agua al balancearse la bañera».
