La fotógrafa y creativa Emily Slotte ha creado un hogar en las afueras de Estocolmo en el que destacan los detalles típicos de la época. Con un gran interés por la decoración y el mantenimiento de edificios, ha seleccionado cuidadosamente materiales y accesorios que armonizan con la arquitectura de la casa y realzan su carácter original.
En cada habitación se encuentran detalles bien pensados que realzan el conjunto. El interruptor giratorio de porcelana blanca se integra de forma natural y contribuye a crear una sensación de autenticidad. La lámpara de techo Lundkvist 100, de latón niquelado con pantalla esférica de cristal blanco, proporciona una luz suave y agradable, al tiempo que su diseño típico de la época conecta con la historia de la casa.
Los herrajes y detalles niquelados, como el clásico gancho doble y el pomo de porcelana con punta metálica, aportan uniformidad al hogar. Estos pequeños pero significativos detalles contribuyen a crear una sensación atemporal y un ambiente en el que el pasado y el presente se unen de forma natural.
Mediante una cuidadosa selección de detalles, Emily ha creado un hogar en el que la estética de principios de siglo se combina con la funcionalidad moderna.