En la granja donde Lina Ingvarsson y su familia disfrutan de una vida cercana a la naturaleza, los detalles cuidadosamente seleccionados marcan el carácter tanto de la casa como del patio. Cuando llegó el momento de renovar la iluminación exterior, se optó por luminarias típicas de la época que se integran en la historia y la arquitectura de la granja.
En el porche brilla ahora una lámpara de granja en modelo colgante, un detalle clásico que refuerza el carácter del porche y proporciona una luz cálida y acogedora durante las noches. Para la casa del criado se eligió una lámpara de establo con gancho de 45°, en la que la fijación de hierro fundido negro y la pantalla de chapa crean un aspecto que resulta auténtico y atemporal. Las lámparas complementan el encanto rústico de la finca y parecen haber estado allí desde que se construyó la casa.
También en el interior se han incorporado detalles de estilo clásico. En la cocina hay un grifo Chelsea cromado, con dos palancas separadas y una ducha de mano extraíble que combina la estética de principios de siglo con la funcionalidad. Junto al fregadero hay un dispensador de jabón y lavavajillas cromado, un detalle bien pensado que hace que la cocina sea más bonita y funcional.
Con iluminación y detalles en materiales sólidos, Lina ha creado un conjunto armonioso en el que la historia de la finca sigue viva, al tiempo que la vivienda se adapta a la vida cotidiana.